miércoles, 21 de mayo de 2014

10 Apuntes Sobre el Agua


Tabla de Racionamiento para Caracas

En Venezuela existen dos temas importantes y sobre los cuales debe darse una discusión seria: la gasolina y el agua. Recientemente se ha estado hablando mucho del tema de la gasolina. Principalmente si es necesario el aumento, como se va a hacer, quien va a manejar ese dinero, quien se beneficia realmente, y un sinfín de preguntas relacionadas. Y a la sombra de esto, se está haciendo un racionamiento cuasi-nacional o nacional del agua del que nadie habla mucho [solo se quejan]. 




Yo supongo que esto es porque todos nos comemos el cuento [o así preferimos creerlo] que como no estaba lloviendo y ahora se consume más agua [que no me consta pero es muy probable] tenemos que racionar porque nos la estamos gastando. Para poner en perspectiva la problemática del agua, concentrémonos en  diez [10] puntos importantes:

1.       El agua como un derecho y como una política pública. Como todos sabemos el agua es un derecho humano, y como tal está contemplada en la Constitución al establecerse que la República debe defender los derechos humanos de sus ciudadanos. Además, la Ley del Agua lo establece explícitamente en su artículo 5. Sin embargo, el agua no sólo está contemplada como un derecho sino también como un bien de la nación. Como bien de dominio público y como bien de utilidad pública, es responsabilidad del Estado garantizar que todos los ciudadanos tengamos acceso al agua.

2.       El agua como centro de la lucha social. No es sorpresa que el tema del agua cobre vital importancia en los barrios. Principalmente porque son sus habitantes quienes sufren con mayor fuerza el problema del acceso al agua. Por la dificultad que históricamente han tenido los sectores más pobres de acceder a los servicios públicos básicos, el Estado ha sido el encargado de asistirlos. Desde las juntas pro-mejoras (1944), pasando por las mesas técnicas del agua (2004), hasta los actuales consejos comunales (2009), el agua y el resto de los servicios urbanos, la recuperación y habilitación de los barrios han sido centrales en la política del Estado para solucionar estos problemas. Aunque han tenido sus éxitos, en general el hecho de que todavía el agua siga siendo un problema es un síntoma de que es necesario reformar las políticas actuales que siguen sin solucionar el problema.

3.       El efecto del clima. En la Venezuela contemporánea y de antaño, siempre hemos tenido periodos de sequía y de lluvia. En consecuencia, siempre habrá momentos donde los embalses tendrán suficiente agua y otros donde escaseara. Me resulta absurdo e insultante que a estas alturas todavía se use la sequía como una excusa para racionar el servicio que el Estado nos garantiza como nuestro derecho humano. Cabe preguntare entonces: ¿Cómo nos preparamos como nación para gestionar el agua en los momentos de vacas flacas?, ¿Qué políticas debemos implementar para asegurarnos de que no vaya a escasear el agua? Estas preguntas son fundamentales por dos razones: 1) necesitamos buscar estrategias que permitan mantener el servicio funcionando sin contratiempos y 2) los efectos del cambio climático reducirán cada vez más nuestra capacidad de maniobra para atender las necesidades de la población.

4.       El problema de costos. No resulta sorpresa para nadie que el agua esta regalada en nuestro país. Lo mismo ocurre con los demás servicios y podemos ver la mala calidad de los mismos. Lo que resulta fundamental entender, es que lo más grave del asunto es el secretismo con el que se maneja el presupuesto de las empresas nacionales y regionales de agua en el país. No se conoce con detalle el costo del subsidio del agua, cuánto le cuesta a la nación, como se cubre ese subsidio actualmente y cómo se pagan las inversiones para mantener el servicio [no hablemos de ampliarlo]. En resumen, el sistema nacional del agua representa pérdidas a la nación y conocer a profundidad el tamaño del problema es el primer paso para solucionarlo.

5.       El problema de las tarifas. Partiendo del punto anterior, resulta obvio que es necesario revisar los subsidios y las tarifas. No estamos hablando necesariamente de una liberación total de los precios, sino de un incremento progresivo de las tarifas a los sectores que pueden pagarlo o poniéndolo de esta forma, una reducción al subsidio. La consecuencia primera de una reforma de este tipo, es la disminución del consumo producto del costo que resulta para el consumidor el uso desmedido del agua. Esto además, mejoraría los ingresos de las empresas que prestan el servicio y reduciría las pérdidas de la nación. Sin embargo, una reforma de este tipo requiere innegablemente que el Estado sea absolutamente transparente y eficiente en la gestión del agua. ¡Sin confianza no puede haber aumento!

6.       El problema del consumo. Para los que lo desconocen en Venezuela por Ley se establece la cantidad de agua que recibe cada ciudadano. Esa cantidad, expresada en litros por persona por día [l/p/d], es de 250. Mientras tanto, indicadores internacionales como los que propone el Banco Interamericano de Desarrollo estiman el consumo diario entre 120-200 l/p/d. Es decir. ¿Estamos por Ley sobre-ofertando la cantidad de litros que debiéramos consumir? ¿Qué impacto tendría en los costos y en las tarifas una reducción de la oferta a niveles internacionales? A fin de cuentas no es solamente el tema de cuanto pagamos por el agua, sino efectivamente cuánta agua el Estado nos garantiza y cuál es el costo.

7.       El problema de la gestión. Actualmente el sistema nacional de agua se maneja de forma centralizada. Una política de control en el cual el gobierno central maneja todo el sistema a través de sus compañías nacionales [Hidroven, Hidrocapital, etc.]. Desde la obtención del recurso, el transporte, inversiones, mantenimiento, etc… existe poca o nula transparencia respecto a cómo se maneja el servicio. Aunado a esto, es muy difícil que una política sea efectiva si está alejada de quienes se benefician de la misma. Es decir, una política centrada en un Estado dominante que maneja todo desde la Presidencia o un Ministerio, difícilmente puede atender las necesidades reales de la población. Este es uno de tantos problemas relacionados con la gestión del servicio, sin mencionar el tema de la administración, mantenimiento, servicio al cliente y otros que ya hemos mencionado como el tema de costos, consumo y tarifas.

8.       Recomendaciones acerca del problema de costos. Es difícil en estas pocas líneas responder muchas de las interrogantes planteadas. Sin embargo, en relación al tema de costos es necesario mencionar unos puntos claves. La idea de una gestión transparente es poder saber en dónde se están malgastando los fondos, dónde se pueden hacer recortes y dónde se puede trabajar con mayor eficiencia. Hasta qué punto es necesario, por ejemplo, que se deba transportar agua de sitios cada vez más lejanos si no estamos tratamos el agua y hemos contaminado nuestros ríos y quebradas a tal punto que son inutilizables para abastecernos. Además de esto, existen reformas que considero necesarias como el aumento del precio del agua y la reducción de la cantidad ofertada de l/p/d, que reducirían los costos y aumentarían los ingresos.

9.       Recomendaciones acerca del problema de la gestión. El problema de gestión está centrado principalmente en el problema de la gestión centralizada. Una solución, que considero la más conveniente, es una real desconcentración y descentralización del servicio del agua. La creación de Institutos Autónomos Municipales pudiera significar para muchos un aumento de la burocracia, pero si esto viene acompañado del poder para colocar tarifas de acuerdo a las realidades de los Municipios, descentralizar el mantenimiento y las inversiones [en la medida de lo posible], y al consecuente desembolso de fondos desde el fisco nacional que el Municipio requeriría para llevar a cabo estas tareas, es posible no solo mejorar el servicio sino también acercarlo a los ciudadanos. La participación siempre es más fácil de abajo hacia arriba y nunca al contrario.

10.   Notas finales. El problema del agua así como el problema de los servicios públicos en nuestras ciudades, nunca ha sido tratado con la importancia que se merece. Al final del día, la mayoría de estos problemas ha sido el resultado de prácticas poco transparentes y centralizadas que dificultan hacer las reformas pertinentes. Un factor que dejamos fuera y que es importante, es la gestión ambiental. Este también debe ser considerado si tomamos en cuenta que el agua puede desaparecer si no gestionamos y protegemos los acuíferos, las cuencas y nuestros cuerpos de agua. Aunque queda mucho por hacer, espero que al menos lo aquí mencionado permita poner en perspectiva la realidad del problema que vivimos.

@jomagumo

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