![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggVuicmUHYpj9OV_RxHo5MUAEBqvRBO13EEtDlCdaTREGRl0-qO92pu61uvOw7VRgYRsibaQNl4MEFzLC09v_h5iot13FjovCZ3yGqNb0SGw101BAGP9XShM6aCwUxFG3U4Leh5xS1ejzu/s320/barrios.jpg)
Es necesario entonces plantear un
reenfoque del problema de la vivienda. Salas (1999, c. p, García, p. 18),
menciona que “el llamado sector informal es hoy el gran constructor
de América Latina…”. Esta afirmación permite apuntar que existen en el sector
informal las capacidades para satisfacer su propia demanda de vivienda. En
efecto, los cálculos de Alfredo Roffé (2003) citados por Cilento (2008), lo
aseveran:
Entre
1990 y 2001, en Venezuela se construyeron 1.630.000 alojamientos calificados
como aceptables. En el marco institucional formal unos 660.000 […]; mientras
que el sector popular, espontáneo o informal, construyó unas 970.000 unidades,
es decir el 60% del total de viviendas consideradas como aceptables y casi el
doble de lo hecho por el sector formal. (p. 14)
Esto quiere decir que es fundamental reformular
las políticas en materia de vivienda, no sólo para aprovechar y potenciar las
capacidades del sector informal sino también para que los recursos del Estado
estén dirigidos a necesidades que la población es incapaz de satisfacer por sí
misma, como la construcción de vialidad, equipamientos, servicios de
infraestructura, etc.
El objetivo de este Ensayo es hacer
una apología de la vivienda progresiva como herramienta fundamental de una
política nacional de vivienda. Principalmente porque, como menciona Cilento
(2008), el problema siempre ha sido lograr “condiciones para que la gente pueda
acceder a un alojamiento y un entorno urbano de calidad” (p. 16).
Como se ha de apuntar
posteriormente, la vivienda progresiva tiene una serie de beneficios y ventajas
en comparación con otras políticas en materia de vivienda. Sin embargo, antes
es necesario conocer cuáles fueron los desaciertos de las políticas actuales
para ilustrar el cómo puede la vivienda progresiva ser una solución viable al
problema de vivienda.
Estas consideraciones sobre las
fallas de las políticas actuales han puesto de manifiesto dos problemas
fundamentales: encontrar soluciones habitacionales que sean de bajo costo, fáciles de financiar y que respondan
a las realidades económicas, sociales y ambientales de las distintas
poblaciones que las políticas nacionales actualmente atienden.
Aunque existen suficientes conceptos
de vivienda progresiva útiles a los propósitos de este ensayo, es necesario
enfocarnos en los fundamentos teóricos del debate sobre el tema. Cilento (1996
y 1999) apunta en sus escritos a unos
aspectos fundamentales de la vivienda progresiva: la calidad –citando a Aalto
(1940), la gradualidad –citando a Urdaneta (1994), la cualidad de la vivienda
de ser un producto de consumo individual, y el planteamiento de una vivienda
que germina con financiamiento a corto plazo –citando a Cilento (1994). Algunos
autores sostienen que la vivienda progresiva contiene solamente las
características básicas necesarias, ayuda
a priorizar necesidades y permite la expansión de acuerdo a las
posibilidades de quienes la habitan (Agustín, 2009; Genations & LaFuente,
2004; Greene & Rojas, 2008). De acuerdo a estas consideraciones, la
vivienda progresiva puede ser definida como una solución al problema de vivienda donde se parte un núcleo básico
habitacional que permita la expansión gradual, de acuerdo a las posibilidades y
necesidades de quienes la habitan, hasta alcanzar una vivienda completa de
calidad y financiable a corto plazo.
Con base en esta conceptualización,
es posible adentrarnos en los beneficios de la vivienda progresiva. En primer
lugar permite que familias de bajos ingresos puedan a acceder a una solución
habitacional que, como mencionan Ferguson y Navarrete (2003; c. p.
Fernandez-Maldonado & Bredenoord, 2010), es una virtud inherente de la
vivienda progresiva. El acierto más importante no es quizás el hecho de que se
puedan ofrecer soluciones habitacionales a bajo costo sino que, como menciona
Cilento (2008), ésta permite:
…un conjunto de
acciones coordinadas que creen condiciones para que la gente de menores
ingresos pueda acceder al mercado del trabajo o desarrollar actividades
productivas, acceder a la educación, salud, seguridad social, seguridad de
bienes y personas, justicia oportuna, y pueda mejorar sostenida y
progresivamente su calidad de alojamiento y la de su entorno, es decir, de la
ciudad en su conjunto. (p. 22)
Esto quiere decir que la vivienda
progresiva responde, en efecto, a los problemas de calidad urbana de las
ciudades. La idea de que los mismos ciudadanos puedan tener la capacidad de
generar sus propias soluciones habitacionales permitiría al Estado capacidad
financiera para embarcarse en proyectos de carácter urbano, los cuales no son
posibles hoy en día por la presión financiera y logística que supone ofrecer
soluciones habitacionales completas –con comprobados resultados negativos.
Las implicaciones nacionales de un
programa de esta índole son difíciles de conocer pero nos permite hacer
conjeturas sobre los cambios que estas acciones tendrían sobre las políticas
nacionales de vivienda. La capacidad que tendrían las familias de procurarse alojamiento
adecuado permite liberar al Estado de grandes presiones financieras que
permitiría reenfocar los recursos monetarios y humanos en políticas diferentes
como, por ejemplo: 1) planes de adquisición anticipada de tierras con
infraestructura y servicios básicos; 2) plan de rehabilitación integral de
barrios y subsiguiente legalización de la propiedad; 3) recuperación progresiva
de áreas deprimidas y zonas populares y; 4) una gestión eficiente de los
servicios públicos (Cilento, 2009). Otras funciones de una política nacional de
vivienda seria las de atender las necesidades técnicas de las personas que
actualmente utilizan sistemas de construcción rudimentaria (Jan Bazant; c. p.
Agustín, 2009, p.2) y formular planes de desarrollo urbano de mediano y largo
plazo (Cilento, 2004).
El fracaso de las políticas actuales
y la situación alarmante que viven nuestras ciudades tienen que venir
acompañados de un proceso de reflexión sobre estos temas fundamentales. Como
menciona Cilento (2000; 2009) estas reflexiones debe encaminarse a reconocer el
esfuerzo de las comunidades organizadas y de las autoridades locales, al mismo
tiempo que se deben buscar a través de estas políticas una profundización de la
democracia, la descentralización, la ética en todos los ámbitos del poder
público y demanda de mayor sentido de responsabilidad social, ambiental y ética
a la empresa privada.
Esto quiere decir, y siguiendo la
línea de argumentación que plantean Genatios & LaFuente (2004), que debemos
poner principal atención a los verdaderos actores sociales: los pobres; y que
además se debe poner el foco en una dinámica que genere calidad de vida, proponga y posibilite horizontes
de desarrollo y crecimiento cualitativo y colectivo y nos ayude a renunciar a
la creencia de un Estado omnipotente que resolverá todos nuestros problemas.
@jomagumo
Referencias
Fernandez-Maldonado, A.,
& Bredenoord, J. (2010). Progressive
housing approaches in the current Peruvian policies. Habitat International,
34(3), 342-350. Retrieved from http://www.hofinet.org/documents/doc.aspx?id=646
Genatios,
C., & Lafuente, M. (2004). Atencion a la vivienda en Venezuela. 42(1),
64-69. Retrieved from http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0376-723X2004000100004&lng=es&nrm=iso
Greene,
M., & Rojas, E. (2008). Incremental construction: a strategy to facilitate
access to housing. Environment & Urbanization, 20(1), 89-108.
doi:10.1177/0956247808089150
Agustin, Jesús. (2009). Prototipo de vivienda social de sustitución
progresiva. Tesis de Grado en Arquitectura. Caracas: Universidad Simón
Bolívar, Decanato de Estudios Profesionales, Coordinación de Arquitectura.
Recuperado de: http://159.90.80.10/F/7YP8ITCP9B3ETDXLFFYC2X13Q5EU1221XC21E4DAMSV9YMUXVX-22913?func=full-set-set&set_number=111229&set_entry=000001&format=999
Cilento, A. (2000). Hogares Sostenibles de
Desarrollo Progresivo. Tecnologia y Construccion, 18(3), 23-38.
Recuperado de: http://www.arquitecturatropical.org/EDITORIAL/documents/HOGARES%20SOSTENIBLES%20DE%20DESARROLLO%20PROGRESIVO.pdf
Cilento,
Alfredo. (1996). Mitos que se derrumban: el cambio de paradigma de vivienda. Tribuna del Investigador, 3(2), 99-116.
Recuperado de: http://www.tribunadelinvestigador.com/ediciones/1996/2/?i=art4
Cilento,
Alfredo. (2008). Políticas de alojamiento en Venezuela: aciertos, errores y
propuestas. Tecnología y Construcción. 24(2), 19-33. Disponible en:
<http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-96012008000200004&lng=es&nrm=iso>.
ISSN 0798-9601.
Cilento, Alfredo. (2009). Sobre el
derecho a la vivienda. Tecnología y Construcción, 25(1), 57-61.
Disponible en: <http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-96012009000100007&lng=es&nrm=iso>.
ISSN 0798-9601.
Garcia, N. (2006).
Asentamientos informales en Latinoamerica: Un factor de crecimiento urbano o
productor de otra ciudad? (I. d. FAU-UCV, Ed.) Urbana, 11(39), 13-28.
Recuperado de: http://issuu.com/urbanadigital/docs/revista_urbana_39/1
Cilento, A.
(2004). Urbanismo:
Habilitación física de barrios. Antecedentes, Políticas y Actuaciones. (I. d. FAU-UCV, Ed.) Urbana, 9(35), 13-22.
Recuperado de: http://issuu.com/urbanadigital/docs/revista-urbana-35
Marcano, F.
(2003). La Otra
Ciudad. (I. d. FAU-UCV, Ed.) Urbana, 9(35), 97-105.
Recuperado de: http://issuu.com/urbanadigital/docs/revista-urbana-35
Cilento, A. (1999). Cambio
de paradigma del habitat. Caracas: UCV IDEC.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario