jueves, 23 de mayo de 2013

La Misión Vivienda y los Fantasmas de la Cuarta



La política de vivienda venezolana se ha caracterizado por una carrera infinita en la lucha contra el déficit. A pesar de que han existido propuestas acertadas en el tema de vivienda –como la compra preventiva de terrenos para urbanizar, el plan de rehabilitación de barrios, entre otros–, la realidad es que la bandera política de los gobiernos de la cuarta y, ahora, los de quinta ha sido solamente la construcción masiva de viviendas.


Si hacemos un primer análisis ‘por encimita’ de los números, vemos que el gobierno de Chávez ni con la Gran Misión Vivienda pudo construir más viviendas que la cuarta, así lo veamos por períodos presidenciales o en cifras totales. Pero aunque todos nos enfrasquemos en discutir quien hizo más, la verdad de la historia es que la lucha contra el déficit es una carrera perdida con un déficit siempre creciente. Incluso si nos hacemos la idea de que es posible solventar este problema en nuestro país, podemos analizar el ejemplo Chileno que nos lleva años de experiencia en este tema. Con una política social de viviendas caracterizada por altos subsidios y facilidades para la construcción masiva de viviendas no se han logrado resolver problemas de hábitat urbano que son tan o más importantes que la vivienda en sí misma. La respuesta viene dada porque la construcción de viviendas no resuelve problemas de segregación, convivencia, solidaridad, seguridad y tolerancia que son fundamentales para el desarrollo de un hábitat de calidad.

Si hablamos de la Gran Misión Vivienda, ni se diga del daño que está haciendo a nuestras ciudades. Sin mencionar las más que publicitadas Ciudades Socialistas apartadas del centro de la ciudad, segregadas y sin servicios en su mayoría, con unos precios que sólo van en aumento y una vivienda regulada, se puede prever que la calidad tendera a ser menor para cumplir con un presupuesto y un financiamiento. Todo ello si obviamos que la mayoría de estas viviendas sociales no respetan las normas urbanísticas más básicas como la Resolución 151 de Equipamientos Urbanos. Asomémonos en Fuerte Tiuna y veamos si esos edificios que albergarán a miles de personas tienen algún parque vecinal, un colegio, una guardería, comercios y todos esos equipamientos que por ley deben tener.

La realidad del problema de vivienda es que hemos estado equivocados por mucho tiempo ¡La vivienda no es un problema!

Aunque parezca en principio algo difícil de creer, hagamos el ejercicio de asomarnos a cualquier barrio de Caracas para darnos cuenta que hay una gran mayoría de la población que, mal que bien, resuelve su problema de vivienda. Tenemos que dejar atrás modelos de concepción de la vivienda como un producto final, como un objeto que solo se limita a su estructura física. Cuando tenemos a más de la mitad de la población pidiendo por servicios de calidad, salud y educación es cuando tenemos que darnos cuenta que la vivienda sola no hace hábitat, no hace urbanismo y menos ciudad.

Como mencionaba al principio ya han existido en Venezuela propuestas que apuntan a políticas de vivienda que resuelvan los verdaderos problemas en este tema. El ejemplo de Carlos Tablante cuando fue Gobernador de Aragua es ilustrador: su gestión se basó en recuperar terrenos ociosos, “donde se les pagaban a los dueños, se acometían obras de infraestructura y servicios de agua, luz, cloacas, y se les adjudicaban las parcelas a los solicitantes mediante el instituto regional de la vivienda.” Es decir, donde una política de urbanismo sin hacer vivienda no sólo funciono sino que lo mando directo a un segundo mandato como Gobernador.


Como he tratado de mostrar, es necesario que se conjuguen los diferentes actores sociales y políticos para resolver el verdadero problema: el de generar condiciones de habitabilidad de calidad. Y para ello necesitaremos no solo políticas serias de urbanismo sino un abanico de acciones –como la vivienda progresiva, lotes con servicios, vivienda completa, etc. – que permitan superar el letargo de nuestras políticas sociales. En caso contrario, seguiremos siendo víctimas de los fantasmas de la cuarta y, ahora, de la quinta.

@jomagumo

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