sábado, 21 de septiembre de 2013

¡Huyendo de la ciudad carrocéntrica!



Uno de los acontecimientos más importantes en los últimos años y principalmente de la última década, ha sido el proceso de urbanización. Alrededor del mundo cada vez más personas viven en ciudades. Es por ello que creo fervientemente que el destino de un país esta inexorablemente ligado al destino de sus ciudades. Aunque es un proceso que se está dando con bastante fuerza alrededor del mundo, es posible afirmar que ya lleva tiempo en Venezuela. Según estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas, para el año 2011, “2,9% de los centros poblados con 2.500hab y más, concentran 88,8% del total de la población”, aproximadamente 24 millones de habitantes.



Aunado a esto, y dejando un poco de lado la exactitud histórica, podemos decir que la explosión del proceso de urbanización en Venezuela se dio conjuntamente con la propagación de las ideas del modernismo y el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM). Es decir la separación de los usos del suelo, el uso de edificaciones aisladas, creación de redes de transporte, etc… como medidas para crear mejores ciudades luego de la segunda guerra mundial. El urbanismo venezolano, por su parte,  siguió fielmente estos modelos urbanos revolucionarios para aquel entonces en el desarrollo de sus centros urbanos, moviéndose sobre otra revolución en el área de la movilidad: el carro. Las ciudades venezolanas, en las que actualmente vivimos, fueron concebidas como ciudades centradas en el carro –ergo carrocéntricas.

Actualmente, si bien es cierto que la urbanización sigue siendo un proceso indetenible, las transformaciones de las ciudades se están dando principalmente en una dirección opuesta. Por diversas razones –ambientales, energéticas, higiénicas; el predominio del carro, tal y como lo conocemos en nuestras ciudades, está dejando de ser una realidad. Lo que resulta preocupante, es que en vez de estar pensado en como volcarnos en estas nuevas tendencias de movilidad y trasformación urbana, las discusiones y propuestas siguen girando en torno a más “ciudades satélites” y “construcción de vialidad”.

Lo más notable de estas discusiones sobre un nuevo modelo de ciudad más caminable –o menos carrocéntrica; es que se enfocan en mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad. Para hablar un poco de Caracas, como referencia eterna de la ciudad venezolana, tenemos los siguientes datos tomados del Plan Caracas 2020. “De cada 100 personas que se mueven en un día en Caracas, 57 van en transporte público, 19 caminando y 24 en su carro” y lo que es más alarmante es que la ocupación promedio de cada vehículo es de 1,2 personas y que el tiempo promedio de un viaje en la ciudad es de 1 hora o 2 si viajas desde una ciudad satélite. Es decir que cada semana perdemos hasta medio día moviéndonos.

De acuerdo con el Ranking de Calidad de Vida en Ciudades de Mercer, la ciudad de Caracas para el año 2011 estaba en el puesto 164 de 221 ciudades. Para el año 2012, Caracas descendió hasta la casilla 168. Este mismo ranking, evaluando ahora la infraestructura de la ciudad, ubica a Caracas para el 2012 en la posición 143. Esto es solo un abreboca del gran trabajo que tenemos como planificadores, políticos y ciudadanos, de utilizar eficientemente un activo económico, social y político tan valioso como lo es el espacio de nuestras calles.

Lo que queda claro es que mejorar la calidad de vida y la infraestructura de nuestras ciudades supone igualar o mejorar el status del ciudadano de a pie, ya que como dijo recientemente en un evento TED el exalcalde de la ciudad de Bogotá Enrique Peñalosa: “si todos somos iguales ante la ley, entonces un autobús con 80 pasajeros tiene 80 veces más derecho de vía que un carro con 1”.

@jomagumo

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