domingo, 15 de diciembre de 2013

Estrategias para la Ciudad Venezolana: el Urbanismo Pop-Up



Cuando hablamos de los problemas que sufre nuestro país nos vienen muchos a la mente: inseguridad, pobreza, falta de empleo, desabastecimiento, colas, etc…; y, aun sin saberlo, una de las principales consecuencias de la crisis política, social, económica, [inserte el ámbito que desee], es la crisis de la ciudad venezolana. Lo positivo, dentro de lo que cabe, es que poco a poco ha cambiado nuestra forma de ver la ciudad, y hemos empezado a reclamar por mayores espacios para expresarnos. La búsqueda del espacio público es una realidad y la falta de espacios para ‘hacer ciudad’ se transforman en una oportunidad gigante para implementar nuevas estrategias de planificación y gestión. Específicamente, para poner en práctica el Urbanismo Pop-Up.



El Urbanismo Pop-Up es una idea que lleva mucho tiempo en marcha. Sin embargo, en los últimos años ha tenido alrededor de muchas ciudades en el mundo una especie de renacimiento. Creo que una de las principales razones ha sido la falta de recursos y el incremento de las presiones de sociedades que exigen más espacios de expresión y espacios de disfrute de la ciudad. El abandono del carro y el reencuentro con la calle ha sido, para mí, otra de las causas de este renacimiento. Aunque al Urbanismo Pop-Up se le llame de muchas maneras (Urbanismo Temporal, Intermitente, Táctico, etc.), lo importante es que bajo esta concepción del urbanismo buscamos intervenciones en la ciudad que sean fáciles de hacer y, en la medida de lo posible, de alto impacto. Ejemplos de Urbanismo Pop-Up en nuestras ciudades divergen pero podemos mencionar algunos: los ‘pico y placa’, los bazares, los mercados de fines de semana, entre otros.

¿Pero cómo sabemos qué es y qué no es Urbanismo Pop-Up? Aunque es difícil precisarlo a priori, existen, al menos, tres características generales que comparten todas estas intervenciones. En primer lugar son en pequeña escala: por su misma condición ‘itinerante’ deben ser fáciles y rápidas de hacer por lo que no pueden ser de gran envergadura. En segundo lugar tienen que ser poco costosas: ya que estas intervenciones no buscan necesariamente cambios permanentes, las inversiones respectivas deben estar acorde a lo que se pretende hacer. Por último, deben ser temporales: esta condición es fundamental porque el concepto de Pop-up está asociado a intervenciones ‘instantáneas’ o de rápido emplazamiento y remoción.

En Venezuela, creo que existe un potencial gigantesco para este tipo de intervenciones y por muchas razones: la falta de recursos, la necesidad de generar espacios públicos de calidad, las presiones sociales, el cambio a nuevos métodos de planificación como la planificación estrategia, entre otros. Desde distintos puntos de vista es notoria la potencialidad que tiene este tipo de intervenciones.  En este contexto que vivimos, el Urbanismo Pop-up, como una estrategia de hacer ciudad, tiene los ingredientes para ser factible política, social y económicamente.

A pesar de ello existen ciertas limitaciones y/o interrogantes con respecto a la posibilidad de estas intervenciones en nuestras ciudades. Estas limitaciones, en principio, van a estar definidas por lo que la Ley permita o no respecto a estas actuaciones, por lo que predominan las interrogantes. Lo que resulta crucial preguntarse entonces, es cómo se van a insertar estas actuaciones dentro del sistema de planes, si es necesario una Ley para regular estas intervenciones, cómo se va a dar el financiamiento, si pueden ser ejecutados por privados o solo por el Estado en sus diversos ámbitos, y muchas otras.

Lo que si resulta acertado decir, es que existe una necesidad de generar estos espacios de encuentro que a través de los mecanismos actuales no se han ofrecido. Es por ello que hace falta buscar otros mecanismos de gestión que permitan transforma el entorno urbano, así sea de forma temporal o experimental a la plan piloto. El potencial que tiene el Urbanismo Pop-up para transformar los espacios, así sea de forma temporal, sienta las bases para realizar cambios permanentes. Estamos en una situación, pienso, que no se da el lujo de la inacción. Y es por eso que actuaciones de este tipo, que no requieren sacrificar el frágil y preciado capital político, social y económico de los gobiernos de turno, son los laboratorios urbanos que necesitamos para reactivar la transformación urbana de nuestras ciudades.

@jomagumo

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