martes, 18 de febrero de 2014

El movimiento estudiantil y los ‘momentos’ de Carlos Matus.



Las ciudades y los países en general, no solo pueden medirse a través de sus construcciones, sus edificaciones y su PIB. Los ciudadanos y las sociedades, respectivamente, son capitales tan importantes como todo lo demás que integra a una ciudad o un país. El gobierno de ambos es quizá uno de los males más grandes que nos aflige, sobre todo si tomamos en cuenta la ineficacia de este gobierno en resolver los verdaderos problemas de los venezolanos.



Ahora bien, antes de unirme a todas las personas que han expresado su descontento con la violencia y la (a veces) falta de estrategia para encarar las protestas de calle, quiero darle un enfoque diferente. Específicamente basarme en una visión tomada de los momentos de Carlos Matus.

De acuerdo con Matus, y quizá un poco de lo que fue mi apreciación, el tiempo político se divide en tres momentos: el momento electoral, el momento de planificación y el momento de gobierno. El primero está centrado en prometer todo y es el momento donde se da la competencia entre los que juegan el juego político; el segundo, está limitado a la elaboración de los planes de gobierno –dígase de la patria, regional, municipal, etc.; y el tercero, para Matus lleno de restricciones, donde los gobiernos no saben cómo hacer las cosas.

Aunque el objetivo es enfocarnos en el ahora, es decir el momento de gobierno, es necesario hacer unas precisiones. En primer lugar, tenemos que entender que los actores de los tres momentos del tiempo político no son los mismos. Aunque podamos darnos cuenta de que Chávez o Maduro están presentes en todos, sus funciones, roles y objetivos son diferentes por lo que no son estrictamente hablando “iguales” en distintos momentos. En segundo lugar, y como menciona Matus, cada vez  más los partidos políticos se concentran en ganar elecciones pero cada vez menos son capaces de gobernar con eficacia (querer cambiar al gobierno no significa necesariamente un cambio de sistema, sólo un cambio de actores). Por último, es necesario que la ciudadanía deje de estar de espectadora o actuando de forma paralela al tiempo político y se involucre (un ejemplo claro de esto sería el voto-castigo).

Para Matus, gobernar es “resolver los problemas actuales o potenciales”. Es decir que la capacidad de un gobernante tiene que medirse con esta vara: con los resultados, con los proyectos de gobierno propuestos, con el modo de gobernar, etc. Nuestra cultura política, o la latinoamericana haciendo más referencia a Matus, esta referenciada a resolver los problemas “intermedios”, es decir los problemas políticos, y no los problemas “terminales”, o los problemas sociales. En este sentido, la micropolítica, que es como Matus denomina estos problemas políticos, ha significado que los cambios de gobierno no se han traducido en la resolución de los problemas sociales sino más bien en la creación y resolución constante de nuevos problemas políticos.

Si estamos de acuerdo con Matus, es claro que el problema que vivimos en un problema de
Tomado de Facebook
gobierno o de gobernabilidad. Y es allí donde, en teoría, se ha centrado la lucha estudiantil. Para ser breve, estoy de acuerdo con todos los que han llamado a evitar la violencia y también con los que han vociferado que hace falta una estrategia de lucha. Para mí, el hecho de ser jóvenes pudiera justificar las pasiones y la espontaneidad; pero el hecho de ser estudiantes, significa en parte el imperio de la razón. Por eso creo que la lucha debe de reorientarse. Bajo los términos de Matus, tenemos que enfocarnos en el porqué del fracaso del gobierno, en la mala gestión, en un plan de la patria excluyente e irrealizable dentro de los medios con los que disponemos – ¿equilibrio del universo?, ¿paz planetaria?, ¿salvar la especie humana?, ¿socialista?; es decir, en el distanciamiento entre las promesas electorales y la toma de decisiones del gobierno.

Tenemos que darnos cuenta que el cambio de gobierno es necesario y que para ello, la salida de Maduro es simplemente un requisito. Pero esto sigue siendo, a mi modo de ver, parte del momento electoral. Si asimilamos y nos damos cuenta que estamos en medio del momento de gobierno más importante de esta década, es posible que entonces centremos los esfuerzos en llevar el mensaje adecuado a las calles. No se trata entonces de que el gobierno sea ilegitimo, o que Maduro es colombiano; se trata de que así seamos chavistas, oposición o independientes, el gobierno de Maduro no ha resuelto, ni ha buscado resolver, los verdaderos problemas de la población.

¡Eso es simplemente inaceptable!

@jomagumo

Si les interesa conocer un poco más a Carlos Matus, aquí les dejo un corto paper y una entrevista.

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