En vísperas de las elecciones de
Alcaldes de octubre del año pasado, escribí acerca de porqué había que apostar a los
alcaldes el futuro de nuestras ciudades y de porqué son ellos quienes tienen
mayor poder de transformación en nuestras ciudades. Sin embargo, tiempo después
de aquellas elecciones, es momento de plantear otras ideas en relación con las
acciones que pueden tomar los alcaldes para mejorar la gestión de la ciudad.
En un reciente artículo de The Atlantic Cities, se toca el tema de cuánto poder real tienen los alcaldes. Se habla, en
específico, de una iniciativa que se llama C40 y que es una coalición
internacional de alcaldes para combatir el cambio climático. Pero lo que más me
llamo la atención, no fueron las propuestas que enumeran en el artículo –que
son bastante interesantes, sino más bien los puntos relevantes que mencionan de
un reporte acerca de las alcaldías involucradas en la iniciativa.
En particular considero interesante
que se apliquen esta clase de encuestas a las alcaldías y que, además, existan
reuniones entre alcaldes de la misma tolda política (y hasta de todos los
ámbitos ideológicos) con la finalidad de mejorar la gestión de la ciudad. Seria
interesantísimo conocer, como se menciona en el artículo, la distribución de
las acciones que se están tomando en cada municipio por sector (transito,
iluminación, agua, desarrollo comunitario, energía, etc.).
También sería importante conocer, en
aras de validar la supuesta “descentralización” que tanto se pregona, el poder
real que tiene cada municipalidad en el control de la planeación de los usos
del suelo, manejo de las vías, los servicios públicos, los sistemas de
transporte masivo, los parques y plazas, playas, edificios… en fin, de todo
aquello que es relevante en la gestión de una ciudad.
La tarea, titánica quizás, que debe
darse, es que los alcaldes puedan agrupar capacidades y manpower para resolver problemas comunes. Pienso, que municipios
que sufran de los mismos males y tengan relativamente las mismas condicionantes
puedan repartirse la tarea de buscar soluciones a esos problemas. Seria
excelente ver a los alcaldes trabajando juntos para resolver los problemas de
sus ciudadanos; aunque esto signifique que no estén luchando contra el cambio
climático como lo hace el C40.
El objetivo final, a mi modo de ver,
tiene que ser buscar maneras novedosas y alternativas de gestión que permitan a
los alcaldes maximizar los escasos recursos con los que cuentan. Lograr esa
meta sería, para mí, una verdadera revolución en la forma en que se ha
gobernado.
@jomagumo
P.S.: Los invito a que revisen el artículo de Atlantic
Cities para que chequeen las infografías. Están interesantísimas!
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