Cuando hablamos de Big Data, lo primero que hay que
preguntarse es ¿Qué es la BD? La BD es básicamente datos, pero hablamos
de una cantidad de datos muy grandes. Generalmente se la describe como datos de
gran tamaño, que van a gran velocidad y que tienen gran variedad de fuentes y
tipos. Aunque suene a algo fuera del plano de la planificación, la BD tiene implicaciones gigantescas por
sus alcances en la toma de decisiones y la optimización de procesos.
Si bien el análisis de datos es una
labor de la estadística, cada vez más las ciudades del mundo están fortaleciendo
su gestión a través de la recolección, análisis e interpretación de los datos
que arroja la ciudad; transformando la labor estadística en parte del proceso
de gestión y planificación de la ciudad. De forma muy somera –si se quiere
pobre, la vida de la ciudad se resume en una toma de decisiones constante y sin
fin [decisiones de los ciudadanos, los sistemas automatizados, los trabajadores,
los gobernantes…] que parte del análisis e interpretación de datos que se
tienen al alcance y cuya consecuencia directa es la generación de nuevos datos,
nuevos procesos y nuevas decisiones. En corto, la ciudad no para de generar BD.
Resulta entonces conveniente suponer
que para que la gestión y planificación de una ciudad sea exitosa [o al menos
mejore] se requiere de la recolección, análisis e interpretación de la BD que genera la ciudad. Pero… ¿Cómo se
recolecta? Tradicionalmente las estadísticas son manejadas por institutos
nacionales como el INE [Instituto Nacional de Estadística], pero no hace muchos
años ha comenzado a hablarse de los Observatorios
Urbanos como respuesta al tema de la BD
y la ciudad. En pocas palabras los OUs
permiten procesar los datos que genera la ciudad para mejorar su gestión y planificación,
transformando la data en información que puede ser presentada en mapas,
reportes, fichas, etc. para ser transformada en política pública.
Sin embargo surge otra duda, ¿Qué van
a medir los OUs? Aunque tradicionalmente
las ciudades llevan estadísticas de empleos, PIB, población y otros datos más o
menos estándar, el advenimiento de la BD
ha abierto la posibilidad de empezar a medir nuevas cosas [como la cantidad de
espacio público por habitante, la relación entre el área construida y el área verde,
eficiencia del transporte masivo, y así un sinfín de datos nuevos y de diverso
origen]. La proliferación de OUs en
el mundo ya es un hecho y aunque Latinoamérica está comenzando a tomar esa ruta,
poco a poco está aumentando la importancia de medirle el pulso a la ciudad.
Aunque han existido esfuerzos por
comenzar a conectar estos OUs –principalmente
la
iniciativa de ONU-HABITAT con el Observatorio Urbano Mundial, los
Observatorios Urbanos Nacionales y los Observatorios Urbanos Locales, hasta
ahora cada OU ha desempeñado su
tarea de forma aislada y generando a su vez datos e indicadores propios. Surge
otro reto… ¿Cómo podemos comparar a las ciudades? Como mencione anteriormente
muchas ciudades se comparan a través de indicadores comúnmente usados como el
PIB, pero recientemente la ISO [Organización Internacional de Estandarización,
por sus siglas en inglés] publico las
primeras normas para comparar el desempeño de ciudades en el mundo. Esto
indudablemente permitiría no solo la comunicación entre los OUs sino también la trasferencia de
saberes, estrategias y formas de gestionar y planificar la ciudad.
En Venezuela el reto es grande pero
simple, construir nuestra propia red de OUs.
Sin duda una tarea difícil pero loable. Porque la información y los datos que
generan la ciudad nos pertenecen a todos y es necesario promover iniciativas
que pongan esa información en las manos del ciudadano, del planificador y del político.
Cuando se mide lo urbano, se mide todo: finanzas, empleo, salud, educación,
ambiente, energía, transporte, y un sinfín de cosas; y es por eso que no
dificulto que en un futuro los OUs
puedan sustituir a los centros estadísticos tradicionales.
La justificación de esta necesidad
en nuestro país es simple: las herramientas con las que contamos no bastan y
cada vez más se hace latente la necesidad de nuevas formas de gestión y planificación
[pero sobretodo de recolección de datos]. Al final, detrás de los OUs y la BD existe algo más que solamente la realización y confirmación de
que hay demasiado por hacer en Venezuela, y lo que subyace es la esperanza de
que nuestras ciudades [y lo que implica su gestión] puedan mejorar.
@jomagumo
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