Plano de Zonificacion Buenos Aires. Fuente: Buenos Aires Ciudad |
Creo que es indudable la relación que
tiene la forma de una ciudad con su funcionamiento. Esto no quiere decir que la
forma sea lo más importante, o que por el contrario lo ideal es que prive una
suerte de funcionalismo en la ciudad.
Entender la relación entre forma y función implica que las leyes que rigen
estos dos aspectos de una ciudad son de extrema importancia.
Uno de los instrumentos legales
esenciales para entender porque las ciudades tienen la forma y las actividades
que tienen es la zonificación. De acuerdo
a la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística, la zonificación es un “proceso o acto de
dividir una determinada jurisdicción en zonas, a los efectos de establecer las
regulaciones específicas de desarrollo del suelo correspondiente”. Sin embargo, este concepto de zonificación, el cual
rige la planificación en Venezuela responde a un tipo de zonificación conocido
como zonificación convencional. El término
se utiliza simplemente porque es de los primeros tipos de zonificación utilizados.
Como ya se dijo, la zonificación convencional
es la manera en que los entes planificadores [los municipios son los que tienen
estas atribuciones en Venezuela, en principio] definen las formas y los usos de
la ciudad. La técnica, es decir el acto de zonificar, supone que en un plano se
definen los usos, las áreas que dichos usos representan en el suelo, y las
variables urbanas que corresponden también a esos usos [alturas, retiros,
porcentajes de ubicación, de construcción, parcela mínima, etc.]. En Venezuela,
este tipo de zonificación se “popularizó” con el desarrollo de la disciplina
del Urbanismo en el país y paso a legitimarse con la promulgación de leyes que le
dieron forma y sentido [como la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística; LOOU].
Sin embargo, las aparentes ventajas de esta forma de hacer ciudad [precedente
legal, facilidad de implementación, etc.] no evitaron que se generaran grandes críticas
hacia la misma, especialmente por su gran rigidez. Todas las ciudades en
Venezuela, o las más importantes al menos, tienen una Ordenanza de Zonificación
y cualquier tipo de forma que quiera tomar cada ciudad estará regido por ellas.
El gran problema en Venezuela, más allá
de que las críticas puedan ser acertadas, es que las ciudades y el país no se
han adaptado a los cambios que se han dado en las prácticas de zonificación,
que no sólo incluye a la zonificación convencional sino que incorpora otras
formas de zonificación desarrolladas a través de los años. Además, cualquiera
de los beneficios que la zonificación tradicional pudiera darle a nuestras
ciudades está truncada por lo obsoletas que están nuestras ordenanzas. Es
imposible que en Venezuela podamos tener ciudades de Siglo XXI con Ordenanzas
de Siglo XX. Sirva a modo de ejemplo que en Caracas las ordenanzas más
recientes pudiéramos encontrarlas en Baruta [2011;
2007;
2005]
y las más antiguas en Libertador [1987;
1979].
El hecho de que la ciudad generalmente se transforma más rápido de lo que
podemos ir actualizando las Ordenanzas de Zonificación, nos dicen que hacen
falta nuevas formas de gestionar el crecimiento urbano y las formas de la
ciudad.
Como respuesta existen algunas
soluciones alternativas. Las más conocidas son dos: los códigos basados en la
forma [form-based codes] y la zonificación
por performance [performance zoning].
De acuerdo con CityLab,
el form-based coding se lo define rápidamente
con un tipo de zonificación que “esta
menos enfocado con el uso que va dentro de los edificios y más con su
apariencia y la forma en que se relacionan entre ellas y dan forma a la calle
en el contexto de una visión de vecindario”. Uno de los mejores ejemplos de
una ciudad que utiliza este tipo de zonificación es la ciudad de Paris. Además,
muchas otras ciudades en los EEUU están optando por eliminar la zonificación
convencional en sus ciudades y optar por la zonificación de forma.
En relación a la zonificación por
performance, CityLab la define como un tipo de zonificación donde “los planificadores establecen una serie de
metas –número de empleos, de viviendas, estándares de carbono, etc., y permiten
a quienes desarrollan el suelo proceder como quieran”. Este tipo de zonificación
no es tan nuevo, pero se ha empezado a reutilizar recientemente a modo de
experimento. Actualmente la ciudad de Atlanta y la ciudad de Fremont en EEUU están
utilizando este tipo de zonificación en algunas áreas.
Estas cuestiones nos presentan con
una encrucijada. Dicha encrucijada es simplemente que no podemos seguir
insistiendo en prácticas que no nos han dado resultados satisfactorios. Además,
existen alternativas que pueden ser aplicadas en nuestras ciudades para generar
nuestras propias experiencias.
El primer paso tiene que ser
entonces actualizar nuestras Leyes para permitirle a los Municipios
experimentar con el tipo de zonificación que quieren aplicar [la LOOU es del
año 1987]. Las posibilidades de aplicar diversos tipos de zonificación están
solo limitados por lo que la Ley permita. En este caso, solo puede ser positivo
que se les de la libertad a los Municipios de contar con diferentes
herramientas para guiar el futuro de sus ciudades.
Por último, hay que acotar que no se
trata de que escojamos un tipo de zonificación. Cada elección presenta consigo
ventajas y desventajas. Es posible también que se utilicen sistemas híbridos
que tomen aspectos de dos o más tipos de zonificación. La única forma de
encontrar las mejores prácticas para hacer ciudad es definitivamente a través de
la experimentación. Solo las ciudades que tenga la gallardía de explorar y
buscar las prácticas que mejor les sirvan, en definitiva serán las mejores
ciudades.
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